Sensación

No quiero crecer, no quiero que el tiempo vuele, no quiero darme cuenta tarde de las cosas que no son cuando lo son, o lo son cuando no son, cuando te diste cuenta de que te falto TANTO que aprender y disfrutar... ¿Qué puedes hacer?, comer?, correr? gritar?, no... ENTREGA UNA SONRISA...

FRUSTRACION




No sé como expresar esto, esto que en silencio me quema, esto que de apoco llega al colapso mental, eso que te crea un nudo en la garganta, que te hace gritar (llorar), reir (mentira), quieres creer y confiar (miedo).


La verdad es otra, no trato de esconder esto que siento, trato de expresarlo en un par de líneas necias, porque quizás el azul es tranquilidad y el naranjo es inteligencia, pero no estoy segura de quién lo dijo ni de que necesito.
Nervios de anis, ansiedad color chocolate y en una nube de vinagre; mi suave cabello se eleva preguntando a dónde ir, está lleno de lugares, pero aún no encuentro el mío.

RETRATO DE MUJER


Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara, sola en tu espejo, libre de marido, desnuda en la exacta y terrible realidad del gran vértigo que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo, y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.
Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada, sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca, aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.
Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre, y quémame en el último cigarrillo del miedo al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste con la herida visible de tu belleza. Lástima de la que llora y llora en la tormenta.
No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible, una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente, mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma, y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo de la noche, y me besas lo mismo que una ola. Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás conmigo. Aquí, mujer, te dejo tu figura.



G. Rojas.

*Qué recuerdos.