Nadie quería creer cuando me miraban a los ojos y no veían nada, nadie pensó que en mi mente un esquema rompía otro esquema, todos pensaban en felicidad utópica cuando yo hable de realidad, individualismo elevando el espíritu a la frustración máxima de no saber qué mierda hacer con un par de planes triviales en un día como hoy... o tal vez como mañana...
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